Publicado: 24/02/2017
Uno de los problemas que afectan al medio ambiente de forma continua es la lluvia ácida, una precipitación que presenta elevadas concentraciones de ácido sulfúrico y nítrico. Flora y fauna, o incluso la infraestructura, sufren los efectos dañinos de este fenómeno.
Podemos hablar de muchos culpables, siendo el hombre el número uno al emitir óxido de nitrógeno y dióxido de azufre de fábricas, centrales eléctricas, autos, entre otros.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Esta situación causa pérdidas económicas en distintos sectores, siendo el agrícola uno de los más importantes. Algunos de sus efectos son la acidificación de ríos, lagos y mares, que dificultan la vida acuática y hasta provocan la muerte de la vegetación en bosques y selvas.
Además, cuando la lluvia ácida cae al suelo,
sus efectos negativos alcanzan los fertilizantes naturales de la tierra, provocando un empobrecimiento total, que termina perjudicando a las plantas al quitarles sus minerales. Las construcciones humanas tampoco se salvan, ya que comienzan a presentar daños cada vez que este tipo de fenómeno se presenta.
Y si esto fuera poco, el sulfato de la lluvia ácida reduce el metano que se produce en los pantanos, lo que da fuerza al efecto invernadero que sigue produciendo el calentamiento global que tanto nos preocupa en la actualidad.
Hablando de la salud humana, este tipo de fenómeno no tiene un efecto directo, al menos no a corto plazo. La lluvia en sí misma no es peligrosa para las personas, pero las partículas de gases contaminantes que deja en la atmósfera son la verdadera amenaza para la vida humana.
¿Cómo combatir la lluvia ácida?
Para combatir este problema, se pueden mencionar algunos puntos:
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